lunes, febrero 06, 2012

Volver a casa


No hay caso. Sigo comprando sombreros para María Antonieta.
Poco que ver, y María Antonieta ahí, sentada en mimbre, sonriendo falaz porque vuelvo a entrar en la casa y el paquete delata, la caja redonda habla. Otro sombrero para tan poco tiempo. Niega y sonríe. Niega con sutileza, porque en su caso el gesto completo caería en exageración, propiciaría un desenrosque.  

domingo, noviembre 25, 2007

…estado ausente y monarcas horribles

Respondiste mis besos disculpándote por la tardanza, te habías alejado del ordenador. Lo sabía, por eso de, “el estado de Gaia es ausente y es posible que no responda”.
Regreso de la cocina con un café, leo tu saludo, otro renglón, otro más; preguntas si estoy. Gaia está escribiendo un mensaje, Gaia dice: estás ahí?, Gaia te ha enviado un zumbido, Gaia dice: (k), Gaia te ha enviado un zumbido, Gaia dice algo con la palabra amor, Gaia dice: :’(.
Bebo el café, reenciendo el sexto cigarrillo; tus mensajes son cada vez más esporádicos. Miro, entrecierro los ojos. Así será, así terminarás desapareciendo de mi cotidianidad; disculpándote por tu ausencia, besándome, preguntando si estoy, dónde estoy, llorisqueando. Amor. Sí, tienes razón; pero conoces mi prurito con la bendita palabra. Esa mañana en Michoacán, nuestro Tomás también tuvo razón; es tarde, imagino que duerme, lo habrás tapado y habrás besado su frente.
Gaia está escribiendo un mensaje, Gaia dice: estás bien? me preocupas, tienes el celular apagado.
Tomás cumplía cinco, no, seis años, sí. Ese viaje era la última oportunidad, aunque luego hubo otras últimas. Sonrío, toso; algunas cenizas van a parar al pantalón, y después del dorso de mi mano, al suelo. Esa tarde llegaban las primeras mariposas. Una se posó cerca de Tomás, lo miraba de perfil. Tú, tan al tanto, sacaste del bolso el ilustrado libro comprado en Morelia, y nos leíste: “La mariposa monarca no sólo es bella, también es muy viajera, ya que es capaz de viajar hasta cuatro mil kilómetros”.
Gaia dice: “me lees?”
Pero Tomás frunció el gesto: “qué bicho horrible”. Gaia dijo: Cómo qué bicho horrible. Tomás respondió algo así como: Sí, las alas son coloridas, pero el bicho es horrible. Sin alas es un asco, un asco. La mariposa es un bicho horrible.
Lo escribo en nuestra ventana de diálogo: La mariposa es un bicho horrible. Pero no lo envío, me quedo mirando el monitor. Gaia dice: vi que estabas poniendo algo… Gaia dice: y? Gaia envía un zumbido. Gaia dice: bueno, sigue haciéndote el misterioso. menudo susto. me voy a dormir, mañana empiezo temprano. vete a dormir tú también, es tarde. pon a cargar el celular. (k)
Gaia no está conectado.
No pierdo de vista cómo Windows cierra la sesión. Enciendo el séptimo.

viernes, septiembre 08, 2006

La vocación, ese llamado

Me ha sucedido lo que a Mauro, también con una chica.
Sandra -nombre ficticio, claaaaaaaro- está inmersa en una honda crisis vocacional y una turbulencia laboral ligera, abundan las veterinarias jóvenes.
La encuentro animada, parece que ha encontrado una solución, al menos para el primero de sus problemas. Pedimos dos cervezas, gira un poco más su silla plástica, para estar casi de frente a mí y a la avenida.
-"Ya lo sé, lo he decidido. Seré artista. Escribiré, tengo mucho en mi interior, muchos paisajes que mostrar. Bueno, tal vez pinte, sí, porque fotógrafos hay muchos, y sabes cómo son..."

La noche será larga, pienso para mí, sólo para mí.




.

miércoles, septiembre 06, 2006

Palabras

Mi sobrino Tomás vive en Buenos Aires, tiene 12 años.
Hasta ayer creyó que "HOMO SAPIENS" era una forma muy porteña de llamarle a los gays inteligentes.

sábado, septiembre 02, 2006

Bajar

Me mira.
Lo ha intentado.
Las diez de la noche, pero aún es de día en esta ciudad.
No he querido salir, he pasado la tarde postergándolo.
Ha sido comprensiva, ha propuesto diversas actividades, todas interesantes. Incluso algunas, interesantes sólo para mí.
Pero yo no he querido salir, y nada especialmente divertido o necesario me retuvo en la casa, no. Su compañía, creo, me ha resultado indiferente hoy.
Los sábados no recogen la basura en estas manzanas, quizá en todo el barrio. Quizá calles abajo los cubos estén rebosando de bolsas, y alguien se apure antes de que pase el camión.
Esta casa es nuestra, la elegimos juntos.

No quiero hacerle daño, ni salir.
Antes de dormir insultará en voz baja pero audible, lo sé.
Ahora en mi tórax ese vacío de avión al despegar.

Minutos.

La televisión repite un fuera de juego evidente.
Cambia de CD, tararea en francés.
Actualizo la pantalla, suspiro.

Aparece en el vano de la puerta, se ha puesto el vestidito floreado.
Lo compró en un mercado, lo separó de una pila de ropas y me lo enseñó; asentí sin saber cuán hermoso podía sentarle ese pequeño trapo.

- Vamos a tomar una cerveza a la esquina. ¿Sí? Te espero abajo.
- Sí, amor, ahora voy.

Baja a la cocina, o al espejo de la sala a acomodarse los pendientes.
Sí amor, ahora voy; y me desparramo un poco más en la silla, y estiro los pies.

viernes, septiembre 01, 2006

Reportaje a Norma Valga

...
Habla de escribir sobre uno mismo...
Sólo comparto con mi esposo lo que escribo sobre mí, cuando al leerlo me irrita o me provoca cierta repulsión. Entonces lo observo a él leyendo, si noto que el texto le genera una incómoda fascinación y que insiste en la relectura; pues sé que el material es honesto y vale la pena.
Vamos, es el fenómeno contrario al de los olores íntimos, propios. Debe atraer a los demás, y a una, asquearla un poco.
...


sábado, agosto 19, 2006

Edades de piedra

para pop


A ella misma en otros tiempos le hubiese dado miedo todo esto que ahora le divierte tanto.
Habla con un islandés, lo que resulta una verdadera excentricidad, según el lado del Globo en el que vivas. Se trata de un treintañero de apellido Björnsson, que la hospedará una semana.
Chatean en inglés, que es el idioma natal de ninguno de los dos.
Entre Enter y Enter, Silvia -quizá él también- medita sobre la comunicación, los vertiginosos cambios en el mundo; la invade cierta alegría histórica por vivir este presente.
Tiene un detalle para su anfitrión, le pregunta si quiere un regalo de Madrid; él no duda: "un libro que explique cómo hacer las casas con piedra".
Entusiasmado, Björnsson recomienda webs de paredes hechas con papel, otras de medianeras levantadas en pocas horas con piedras, cal, pico y poco más. De hecho, en su foto del Messenger posa sonriente con un pico en la mano derecha; parece dentro de una cápsula (espacial, Silvia fantasea) con un fondo de césped ralo, saturado de amarillo. Luego de varios links, subrayados, azules, extensos; afirma que le fascinan los secretos de la construcción de muros pétreos; Silvia ha agotado sus recursos admirativos anglosajones: wow, amazing!, very interisiting, great, oh, wonderfull.
“Te llevaré a conocer una fábrica de aluminio que está haciendo estragos en los bosques.”
Silvia agradece, pero aduce falta de tiempo. Iremos, no llevará más que media tarde, responde Bensi y le pregunta por segunda vez si le gusta contemplar la naturaleza.

Silvia dice:
Claro, soy agrónoma.

Bensi dice:
Lo sabía, pero necesitaba confirmar eso.

Es posible que Silvia no conteste, su estado es Ausente.

Se toma unos minutos para pensar, prepara café. Llama Laura desde Argentina, está encantada, esta noche irá al teatro.

Vuelve al monitor, ha recibido un mail de Bensi, con un archivo adjunto que la sobresalta un poco: Silvia.jpg.

Silvia dice:
Qué es esa imagen que me enviaste?

Silvia dice:
Estás ahí?

Bensi sigue conectado, pero no dice nada.
Silvia abre el correo ansiosa, la imagen tarda en bajar. “Tarda”. Finalmente abre, es un mapa, una península blanca, contrastando con el mar celeste y los ríos rojos ¿o caminos? Cuadros con aviones y algunos nombres destacan: REYOARFJÖROUR, SKÚTUSTAOAHREPPUR y SVEINSSTAOAHREPPUR.

Silvia dice:
Era un mapa.

Haz enviado un zumbido.

Silvia dice:
Hey, Bensi.

Silvia dice:
Gracias por el mapa, pero no sé qué significa.


Han pasado diez minutos, Bensi en silencio.

Apaga el ordenador. Piensa en que no sabe qué pensar.
La maleta abierta sobre la cama, aún faltan días, pero ella es así. El café, frío y Silvia algo inquieta por la charla y el mapa, igual ansía el viaje; ahora sabe qué pensar, y piensa que necesita salir de una ciudad en la que no se habla del paso del tiempo, sino de los cambios de clima.



.

miércoles, agosto 16, 2006

sobremesa

Una pareja dice,

"de acuerdo, venga, lo intentamos de nuevo...

no nos separamos...

hacemos un último esfuerzo y lo intentamos

una vez más"...

es sábado a la tarde

hay sol

no tienen problemas ni soluciones de dinero

la casa es propia

han terminado de comer

el sexo no les apetece

terminó la charla, de sobremesa

"lo intentamos,

lo intentamos de nuevo

nos damos otra oportunidad

nos la merecemos,

sí"

terminaron

la charla y la comida

y los cafés

...Ahora

qué hacen

qué deben hacer...

en qué consiste intentarlo de nuevo

a qué acción corresponde?

qué se hace

qué deben hacer

quién mueve primero...

Ahí están los dos

les da la luz del sol

él juega con el vaso

los hielos derretidos

y ella mira los restos de salsa ya duros en su plato

los dos quietos,

casi quietos.

paralelos

Ella es como dios, hace como si nada.

martes, agosto 15, 2006

Honestidad

Fernanda, siempre curiosa, me acerca un reportaje. Que está muy bien y que es mentira, como todo lo que escribo.
Se trata del grupo casi punk "Los Anacrónicos". Suponen bien si imaginan que la A la escriben dentro de un círculo. Su cantante, Patito, en una respuesta acaricia la brillantez que le es esquiva en la música.

Periodista:- ¿Qué puedes decirnos de las letras de este segundo álbum?

Patito:- Bueno, se ha ido Vortemor, que era quien no sólo sabía escribir, sino también leer... entonces, vamos, sí, debo admitir que ahora quizá las letras son peores, pero hemos mejorado muchísimo la tipografía!

¡¡hoy me compré un croissant!!



Vista la abundancia de Blogs dedicados a ser bitácora de cotidianidades mínimas e intrascendentes, he advertido que esta paginita queda un poco fuera de juego con relación al resto de sus hermanas.

Entonces, a la gente que amo y a los que viven en Madrid, les dedico la transcripción de una entrevista laboral que tuve la semana pasada. Semana en la que, por si a alguien le interesa, compré un total de cuatro croissants (medialunas), a la plancha y con miel todos.


Empleador:- Su currículum es bastante escueto. En qué diría que se destaca.

Yo:- En la velocidad para la ironía.

E:- ¿En la velocidad para la ironía?

Y:- Mmm no entiendo… ¿Ha empezado ese juego en el que usted repite todo lo que digo? La verdad es que me fastidia bastante, pero si quiere... ¿O sólo me ha hecho la pregunta por no tomarse diez segundos para entender lo que he dicho?

E:- Veamos. Creo que “velocidad para la ironía” no es un atributo que le ayude a conseguir un empleo. ¿No cree?

Y:- Sí, lo sé, y lo padezco mucho, créame. Pero créame que carezco de capacidad de sumisión ante jefes más mediocres que yo; tampoco soy bueno para las patéticas charlas de oficina o de vendedoras de centros comerciales, que he visto que aquí se practican con tanta habilidad…

E:- Ahá… bien, señor inteligente, me temo que la entrevista se ha terminado. Cualquier novedad, lo llamaremos.

Y:- ¡Muy bien! Esto último y su talante de poder en este escritorio, son dos ironías que no creo superar hoy.

E:- Que tenga buen día. Dígale al siguiente que pase, por favor.

Y:- Sí claro. Buenos días.

E:- (Para sí, segundos más tarde, cuando yo ya estaba fuera) Argentinos...

jueves, agosto 10, 2006

Encuesta

Amigos
Estoy por compilar algunos relatos subidos de tono en un volumen. Dudo entre dos títulos:

1) "Mis travesuras con tu madre y otras historias sexuales"
2) "Historias sexuales de tu madre y otras aventuras"


Dime cuál prefieres en los comments.

martes, agosto 08, 2006

Cosas de mi novia

Luego señalamos a un tipo tarjeta de crédito, que son esos flaquitos, casi bidimensionales, que caminan con los brazos pegados al cuerpo; un tipo tarjeta de crédito, dijo y me conquistó. A los pocos metros, descubrí un ocho y tenía algo de razón, pero lo mejoró llamándolo muñeco de nieve, sabes de la clase de gordo sin cuello de la que te hablo. Pájaros no valían, demasiado fácil. La paraguas al revés, con esa falda abierta y esa nariz, los cara de vela… así, el diario camino de regreso a casa resultaba nada tedioso.

Siempre procuraba apurar el paso cerca de la vinatería; me había follado a la dependienta, una latinoamericana bastante impresentable que desde entonces me echaba miradas cómplices. Mi novia nunca lo sospechó, la gordi entraba en la categoría general de infollables.

La puerta de la nevera llevaba meses rota, nos ingeniábamos trabándola con un palo de escoba sostenido a presión entre el hueco de la manija y el quicio de la puerta de la cocina; para eso debimos girar el aparato unos cuantos grados, de modo que quedó casi de frente al salón, provisoriamente.

Nos revolcamos en el sofá antes del final del arroz y la serie, nos pusimos particularmente salvajes; ya sabes, cantidad de groserías ensalivadas. Alguno de los dos, o los dos, pateó la fuente de comida, que cayó sobre el artículo de Mamuts rubios del periódico del domingo, una lástima, llevaba días intentando leerlo.
Reímos tropezando hasta el dormitorio, algo más se cayó por ahí, nos mordíamos y desnudábamos. Ya en la cama, hundí mi cara entre sus piernas; estaba empapado cuando me asome desde allí para pedirle, exigirle: ábreme esto un poco más, ábremelo. Para mí fueron palabras nomás, pero ella
interrumpió todo allí, en el acto. Buscó con torpeza la sábana, se medio tapó de un golpe, ofendida. Gritó entre lágrimas que ella no era una cosa, que nada de su cuerpo lo era, repetía.
En silencio salí a la calle, vistiendo sólo zapatos, pantalones y abrigo, ni ropa interior ni camisa; el frío colándose por todos lados. ¿Sería tan baja la temperatura o mi memoria con el tiempo le ha sumado frío?

Después de varios intentos encendí el décimo cigarrillo del día o, como decía ella, el primero de la noche.

Todo esto ocurrió en otros tiempos y en otra ciudad. No sé por qué acabo de recordarlo.


Pero peor mi perro Goma



Peor los Artistas de la Memoria
que todo olvidan
que todo recuerdan.

Peor el caníbal
que se come las uñas y siempre algo más.

Peor el manco
que quiere cantar rap.

Peor el mundo
con nosotros acá.

Peor el barco carguero de yeso
que se hunde en el mar
y la Marsellesa,
Peor la mar,
la Marsellesa.

Peor lo que le pasa
al tiempo que pasa.

Pero peor que peor,
lo que le pasa al perro Goma
que cuando se rasca se borra
que cuando se rasca se borra
.

viernes, agosto 04, 2006

con razón

anécdota de recién, en valencia

He bajado a tomar un café en una terracita...
el niño de la mesa de al lado daba problemas...
iba y venía, tropezaba con las mesas... tiraba vasos...
corría hasta la esquina, sin mirar las salidas de los garages...
la madre le gritaba, prometía palizas y castigos varios...
cuando más lejos se fue, lo llamó por su nombre ¡Islam!
con razón

Al alba

He vuelto a ver
esta vez dentro de mí,
tu falda en la silla, desparramada
tu pierna escapando de la sábana también blanca
tu desnudez que salva toda la belleza
tus blancos muebles
tú dormida
una novela de más de trescientas páginas
abierta en la ciento y pico.
Creo que pude verme de espaldas,
mover la cámara unos grados
recuperar unos segundos de aquella mañana.
Hay algo de mentira en el recuerdo
que exagera blancos y slencios.

Pero como toda imagen de tí,
termina en esa tarde en la estación;
en el humo
en lo último que viste de mí entre la gente
mi mano
el pañuelo.




escrito on line, antes que el olvido
a cosmikk

domingo, julio 30, 2006

Amigo Changez



Te cuento.

Una mañana me llamó a las siete y dos minutos. Me compré una medialuna, soltó.
No dije nada, me costaba reaccionar, y ella continuó

- Te digo que me compré una medialuna, LA medialuna. El arquetipo de la medialuna. Me di cuenta en casa, en la panadería la eligió mi dedo, al azar, mientras yo ya miraba hacia otro lado. ¡Es tan perfecta! Le tomé una fotografía -sí, ella dice siempre así: fotografía-, he pasado más de media hora iluminándola, pero logré una toma entrañable. Acabo de subirla a mi Blog, en el de las sensaciones; tienes el link. He estado hablando con ella y...

- Perdón, con quién...

- ¡Con la medialuna!... es perfecta. ¿Tú no hablas con los objetos?

- ¿Eh? Ah. Sí. Claro. Yo...

- Bueno, la bauticé Croissant, porque he he se merece un trato francés en su efímera gloria.

La charla duró poco más, tenía clase en la Universidad, y dudaba si comer el croissant o irse sin desayunar. Coincidimos en que debía comerlo, que eso sería dignificar su efímero destino natural, que la posteridad ya se la había dado con la foto... grafía y el blog.


Esto sucedió hace tantos meses que ya van a hacer tres años.

Es increíble, pero esa chica terminó abandonándome... ella a mí. ¿Entiendes? Por entonces llegué a llamar de usted a mi sombrero...

Hoy a las siete y diez sonó el teléfono de la vecina; desperté creyendo que era el mío y me quedé con el tubo en la mano, más dormido que despierto, esperando cualquier voz femenina, mientras el otro teléfono seguía sonando. Tardé unos segundos en advertir lo patético del cuadro.

¿Quieres que te diga una cosa, Changez? A veces, el amor se parece mucho a la estupidez.




dedicado al amigo gonzalo

(ah... y lean el comentario de "zona")

domingo, julio 23, 2006

Perfil


Lo he leído en una web de ligues...


"HOLA!

Soy una chica simpática que le gusta leer, escuchar buena música, pasear por la playa y disfrutar de la naturaleza.

Soy sensible,romantica,sincera... Me encanta bañarme en el mar y ver las apuestas del sol."




en la foto es guapa; en las letras, genial.



¿cómo se siente ser vos?


Tiene algo de admirable, de forastero, de “me gustaría ser tú”. Parcelas de otredad, dosis de ausencia. Es estar y no estar, como un turista siempre, como el maldito gato de Schödinger.


más del maldito gato de Schrödinger

miércoles, julio 19, 2006

Lácteos

A nuestro noviazgo lo llamábamos El ROQUEFORT;
era algo hecho de leche y musgo.

viernes, julio 07, 2006

Jhonny Deep

texto no corregido, como el resto de textos de aquí




¡Hey!

No sé si te conté:

la otra noche Johnny Deep

paró en el bar de mi viejo

y bebió demás

bebió demás.

Había una chica en la mesa dos

que no dejaba de enviar mensajitos

por su móvil con cámara alta definición,

tomaba fotos, hacía como que no,

Vengan a ver, está Jhonny Deep,

Jhonny Deep de carne y hueso

eso o algo de eso estaba escribiendo,

cosas como de prisa y la dirección del bar.

Sabes a qué mesa me refiero,

la que da a la avenida.

Jhonny, le hizo el gesto del dedo

y pidió otro ron,

fue y se acodó en la barra

quedó de espaldas a la estúpida fan.

Bebió uno y varios más

mi papá recién lo despertó

cuando el piso ya estaba limpio

y las sillas del revés.

Gracias señor, tiene usted el mejor bar de…

y algo más, que no sé, balbuceó antes de pagar

con seis billetes de diez,

quédese con lo que sobre.

Después de eso mi papá dice

que puede dar fe

de que es una excelente persona

Jhonny Deep,

un caballero.

Y alquila en el video

un película en la que el actor

sale con la cara pálida de maquillaje,

y se ríe con él

y brinda con él,

con el televisor.

Madrid

7 julio 06

domingo, julio 02, 2006

A otra cosa, mariposa (lo dijo la chica que te dijo que no)



Bastó con que ella pasara así

caminara así

y esquivara

mi mirada y mi lugar.

¿Qué tengo yo

con las que me dicen NO?

¿Qué me pasa a mí

con las que me dejan en NI?


Una vez, a mi chica le di

la “Enciclopedia completa e ilustrada de lo que hacer conmigo”

y al poco tiempo me dejó en nada,

pegó en mi maleta un chau, tres NO.

Sonrío ahora

que estoy por dejarle un NO a otra.

Así se mueve la rueda

así se moverá

y vos y yo giramos.

Total que

vuelve a pasar la piba del principio,

la que camina así

la que apartó la mirada como un NO

la pude ver más de cerca

su cara no era lo que de lejos prometía,

no

así que...

a otra cosa mariposa.

sábado, julio 01, 2006

casi quieto



Este desesperado impulso de morder mis propios dientes,

esta urgencia de señalización

ha surgido antes del número redondo,

del decimal perfecto,

de las cuatro décadas


miro todos los cristales de los que dependen las miradas

casi todos me llaman

a casi todos asiento,

pero están rotos

partidos

quebrados

rotos

ya no tengo tantas manos

ni tantos ojos, no.

¿Dónde está el punto de encuentro conmigo?

como

vuelo

duermo

río

bebo

vuelo

ando

ah…


llevo tiempo solo

extranjero

y en mi país, los trenes que llevaban mi nombre ya han partido

no están,

partido

partidos

rotos

roto


no deja de ser un problema mecánico, eléctrico, químico

en el cerebro está el corazón

en el cerebro se cuece el alma

es un cóctel del cerebro esta tristeza

LA ESPECIE gobierna

manda

dicta.

Libertad condicionada

mis jugos obedecen,

los tubos me encomiendan

los genes me limitan,

el sexo me descuadra

la pulsión me mueve…

y del otro lado de mis ojos, ustedes...

De pronto sobreviene el deseo de ofrendarme como cobayo,

animal de laboratorio de la Nueva Iglesia,

que devanen mis más altas tripas

estudien

jueguen

toquen

pulvericen los cristales

simplifiquen,

fértil suicidio si ellos me suicidan

aséptico consuelo

sueño esperanzador de volver al agua

de flotar en formol

de morir en otro vientre

de quedar en paz,

casi quieto.

jueves, junio 22, 2006

Pregunta

"No sé qué me ves; a diferencia de tus ex, a mí me gusta bañarme a diario..."

domingo, junio 18, 2006

y todos tan contentos



Un conejo alemán cruza la carretera. Está por cruzar. Avanza. Un neumático americano de un coche japonés lo destripa. Adiós conejo, adiós. En el asfalto la figura cambia en segundos, se achata, se expande, se graba en el pavimento con el paso de otros coches y camiones.

Bernhard conducía, cuando vio al conejo mirarlo a los ojos; evitó una maniobra brusca, por eso del mal menor. Se molestó consigo y con el conejo cuando sintió la vibración debajo del NISSAN gris, modelo del año anterior.


Quince minutos, veinte kilómetros después; Bernhard carga combustible, contempla los surcos de caucho rebosantes de piel y viscosidades. Imagina cómo quedaría un neumático gigante si él, Bernhard, fuera el atropellado en la ruta; de pronto se ve con dos orejas de conejo, cruzando a saltitos. Ríe al pagar el gas. Gran parte del rostro y cuello del empleado de la gasolinera están cubiertos por una peluda mancha morada. El muchacho supone que la risa de su cliente es una burla; se queda con diez euros del cambio.

Bernhard no saca cuentas ni repara en la mancha. Sigue pensando en sí mismo saltando, con orejas de conejo marrón, y así quedan los dos, tan contentos.

Kilómetro cero



Cayeron las hojas sin ser de calendario,

ni de árbol, ni de papel de fumar.

Tal vez nos faltó un corte comercial.

Tal vez nos sobró aquél sofá (IKEA).

No hay quién vea

lo que se veía venir

ya no voy a jugar al off side

porque dejé de llevar en la espalda

el número trece

de la suerte.

De la puta suerte.


Las estatuas odian a las palomas

por eso de la mierda, las alas y la libertad.

La casa es un aeropuerto, un no lugar,

y todo se ha movido bastante desde entonces.


Tal vez nos faltó

un corte comercial,

algunos osos polares

filman comerciales,

algunos cocodrilos hay que terminan en cartera

algunos sapos ¡ay! son manchas en la carretera

y días hay que es mejor olvidar.

Resumiendo,

que el kilómetro cero

es un buen lugar

para terminar las cosas

y pasar a otra cosa mejor.

Para atrás



Ella se peina para atrás

para el pasado,

su nuca nunca deja de pensar

en volver.

Él está cansado

de tanta causa y tanto efecto,

se pregunta qué defecto

lo clavó en este lugar,

lo hizo llegar

hasta este punto.

No hay una historia aquí,

Lo único que tienen en común

es que es de noche

en Madrid.

Eso

y cierto sentido del humor,

a lo peor ella dice que sí.

Es de noche

Es Madrid.

Ella no sabe vestir

de las rodillas para el suelo,

él está por descubrir

que el Che era un asesino también,

saca el póster de la pared,

queda el hueco de papel.

(Ella y él) van a dormir,

por separado,

se fugan así

de esta ciudad, Madrid.

Noche en Madrid

y eso es lo único que tienen en común

que es de noche en Madrid,

eso es lo mismo que decir

que no hay historia aquí.

…de febrero




Ella tiene veintinueve años, largas piernas y el pelo lacio.

Vuelve a casa

sola

camina.

Es madrugada. Otoño.

Piensa en su padre.

También piensa en el resto de sus muertos, los enumera.

Pierde la cuenta enredándose en anécdotas tangentes.

Dos hombres se acercan en sentido contrario.

Uno va contándole al otro una discusión.

Pasan a su lado.

Ella retoma y resume el inventario. No está mal. No son tantos.

Hay gente que...

Siente el aire frío en la nuca, el nuevo peinado.

Entonces recuerda a un antiguo novio; afirmaba que las mujeres se hacen un corte de pelo radical a los treinta años.

Era inteligente, más que ella al menos.

Se lo hacía notar con un movimiento de ojos y un silencio preciso, o tragando saliva cada vez que ella preguntaba una trivialidad. Pequeños gestos, mucho que decir.

Encuentra las llaves.

Gesticula en el espejo del ascensor.

En casa todos duermen y el depósito del retrete pierde agua.

Sentada en la cama, se descalza en dos golpes secos.

Las pantorrillas arden.

Suspira.

Ahora abre los dedos de los pies. Los mueve. Están muy lejos de ella esos dedos. Se distrae con la difusa sombra que proyectan en el suelo. Ya no piensa en otra cosa. Abajo, en la esquina, alguien intenta arrancar un automóvil. Una y otra vez.

pregunta

¿Por qué no me llamas… tan poca importancia le das a tus orgasmos?

domingo, julio 31, 2005

Fragdebios

fragmentos de biografías

I

“...Ya agente, J.M. logró infiltrarse casi un año en una célula del Ku Klux Klan, hasta desbaratarla por completo. Asistió a reuniones, festines, intimidaciones, incendios y hasta a algunas golpizas; llevó la contabilidad paralela de la iglesia del lugar. Durante esos meses nadie advirtió que J.M. era policía federal y negro. Refiriéndose a él, los vecinos lo definen…”


II

"Ricardo, el mayor de los hermanos, se suicidó hace diez años y actualmente insiste en no volver a España. Graciela, con el pasaporte vencido y pocas ganas de..."


III

"...El parto fue limpio, indoloro y aberrante. No hubo sorpresa. Otto Bordenave nació… redondo. No hablo de una obesidad exagerada ni de una patología deformante, no. Otto nació absolutamente redondo. Esférico del todo."

más de otto

miércoles, febrero 02, 2005

Estándar

(poema vodaphone)



Por favor llámame al " "

llegaré tarde

reunión cancelada

te llamaré después

su visita está aquí

te espero

no me esperes

¿dónde estás?

¿Ok para comer?

¿Qué tal?


(escrito por vodaphone españa en sus móviles modelo 3.50)

sábado, enero 08, 2005

Idiota


Soy un idiota
un estúpido demasiado influenciable por la lectura

Por ejemplo
si ahora estuviera leyendo García Márquez
creería ver mujeres caminando a cinco centímetros del suelo,
pájaros hablándome de mis abuelos
y esas cosas
Pero no, no
estoy leyendo Bukowski
y termino bebiendo más de la cuenta
metiéndome coca en la calle
en una avenida vacía
en una madrugada vacía y fría
frente al monumento a Franco,
y me enseña cómo hacerlo
un amigo escritor
en silla de ruedas
y una chica que pasa ve la escena bizarra
y hace como si no

Lo ves
soy un idiota que no aprende a escribir
(dicen que no es correcto empezar con
y
tantos versos)

y digo que un amigo me enseña
porque yo no tenía más experiencia que lo que el cine de Hollywood nos mostró

en treinta y tantos años fue la primera vez de polvo blanco y nariz
seguramente por lectura…
demasiado tiempo La Biblia delante de los ojos
y ya sabes, soy todo un estúpido
y así funciono

Nada
Me pareció que debía contártelo de alguna forma
y que tal vez ésta no sea la peor.

Escríbeme pronto.

lunes, diciembre 06, 2004

menos que cero


no sabrás lo que es morderse los labios
hasta que las gotas en el cuello, tibias
no saldrás del invernadero de cristal
hasta que tu respiración lo haya empañado todo
no te llenarás de barro y estiércol las uñas
hasta tu primer muerto
no desaparecerás
aunque insistas
no soñarás la pesadilla del maquinista aquél
que cada noche se despierta con la imagen de la humeante trompa de la locomotora
y allí delante,

a doscientos metros
a cien metros
a cincuenta metros
un carrito de bebé en las vías
no,

no sabrás lo que es morderse los labios
ni serás uno más en el comedero de desahuciados sin otra esperanza que la de enviar un puñado de dinero a su país y recibir fotos y hablar por teléfono y reírse de cualquier cosa que los sorprenda abriendo bocas de pocos y podridos dientes, porque ser extranjero no cuenta: vale menos que cero
vale menos que cero
no,
no
nunca pasarás la noche en posición fetal en un rincón húmedo de ese galpón abandonado que solíamos cruzar en la ruta y que tanto te asustaba
no dirás perdón
ni tocarás el tiempo, ni reptarás el tiempo, ni te ahogarás de tiempo hasta el vómito jamás
así que por favor
de una vez por todas
deja de respirar bajo el agua
que ese es un asunto de branquias
y yo tengo tanto frío que llevo horas sin sentir los pies

miércoles, noviembre 17, 2004

Ópera

Nos lo regaló,
en el Metro de Madrid,
la niña de tres años
una pequeña rubia sentada en la falda de su madre.

Se sorprendió al arrancar el metro
- Estamos entrando en el agujero,
en el agujero de donde salen los trenes…

La mujer sonrió y le anunció,
bajamos en la próxima,
¿sabes cómo se llama la próxima estación?
SOL, se llama SOL.

Después de un silencio, la niña dijo
-Entonces después debe haber una estación
llamada LUNA.


Esto pasó hoy por la mañana.
Ni un día sin poesía.
Y allá tú, que persistes en jugar con fuego
mientras yo ardo.

martes, noviembre 02, 2004

Tom sólo quiere un rato de calma



10:45 en el avión Roma Madrid
hace diez minutos que esto tiembla,
una turbulencia insistente de la que no se salvan el café, ni el yogur, ni el jugo de naranjas.
La mesa se convierte en una porquería de servilletas de papel ensopadas
el café chorrea hasta mis pantalones,
río divertido,
la comida viene y va
el sobrecargo no deja de decir perdón en italiano.
Culpa de nadie.
Sentados a mil pies dentro de un alado cilindro de metal
con ruido a refrigerador usado -vamos incluso arriba de un cielo Dalí-
no estamos en condiciones de pretender que estas son circunstancias naturales. No.
Mientras limpiamos el charco de líquidos migas dulces y restos de papel,
en las pantallas planas se ve una vieja caricatura de “Tom and Jerry”.
Presto atención.
El gato intenta pasar el rato tendido en una hamaca, tiene un jugo y bastante pereza.
El ratón se empecina en no dejarlo en paz: mete un sapo en el trago, quema las sogas que amarran la hamaca al árbol, arroja al felino por los aires mediante un sistema de poleas y palancas, termina metiéndolo en problemas con un bull dog furioso.
Tom sólo quiere descansar
pero el puto ratón, que debería estar agradecido por conservar aún la vida,
no hace más que violentar cada instante.
El juego se endurece.
De eso se trata a veces.
Ahí está la vida dejándose estar, echada, pastando y nosotros porfiamos en fastidiar.
No sabemos a ciencia cierta el porqué,
al parecer nada nos resulta suficiente,
porque aparece un instante de sosiego y de inmediato lo fastidiamos,
y eso sucede una
y otra y otra y otra vez.
No sabemos respetar la quietud.
Entonces nos metemos y es allí cuando todo se jode
y las cosas no dejan de temblar.

lunes, octubre 18, 2004

IV

Es un gallo,
un gallo de metal oxidado en medio de las tormentas eléctricas.
Todo se sacude
y siente una cosa cada minuto
otra distinta al siguiente.

Octubre



Tengo treinta y tantos años
Héctor también,
pero Héctor murió
esta mañana.
Fue el primero de los contemporáneos en partir.
No fue un tren, ni un automóvil,
ni exceso de drogas, ni un corazón débil;
hubo un cáncer actual, contagioso.
Ya no está aquí.
Sabíamos que sucedería,
también él,
incluso lo supo antes que nosotros.
Cosas que se sienten,
cosas que pasan.
Creí comprender la dinámica de las ausencias cuando mis padres murieron,
igual duele
quiero decir,
ha sido lo mejor,
Héctor flotaba dentro de un cuerpo descompuesto,
olía a jugos podridos.
Un monstruo celular devoraba lo suficiente como para no matarlo del todo
pero Héctor hoy tuvo la suerte que le faltó en años
y murió.
Sí, ha sido lo mejor, debe serlo.
En la calle he visto un libro, una novedad literaria en las vidrieras de “La cueva del lector” y sobrevino el impuslo de llamarlo y contarle,
pero Héctor ya no está ni estará,
al menos no de la forma que necesito.
Necesito.
Mala señal.
Uno de esos enfoques erróneos de los que cuesta salir.
No soy el de antes, llevo tiempo transitando una vida nueva
pensar lo que alguna vez fui
ya no me entristece.
Seguramente he malgastado lustros para llegar hasta aquí.
Lustros.
Los veo como una digna suciedad de sucesivos partos,
hay una luz, eso lo sé
y una hondura reveladora
si esto se olvida todo se derrumba sin importar lo sólido que parezca,
como un viejo edificio,
si se dinamitan determinados cimientos, es cuestión de instantes para que se vuelva escombros,
piedras y fantasmas.
Héctor tardó más que un edificio
pero él no cayó,
se fue, es muy distinto.
Acaba de morir, dos semanas después de cumplir años,
es delicado comprar un regalo para un moribundo.

Le pregunté si deseaba algo en particular,
me pareció lo más sensato.
Pidió una agenda.
Una agenda, asentí.
Le llevé la más grande para que pudiera escribir en la cama del hospital sin dificultad,
recogí una y otra vez la lapicera del suelo como si nada. Escribía, escribía, escribía.
Necesito una agenda, dijo.
Necesito.
Y ahora que el viento acaricia la cortina de mi ventana
y que el frío se hace menos leve y la luz cambia,
ahora que yo también escribo y se vuelan las hojas del escritorio; no me preocupo
porque sé que en el futuro sabremos hacer mejor las cosas.



Qué esperabas de un título

¿Una invitación a la lectura?
¿Una palabra desprendida que se justifique con el correr de las otras?
Esperabas tal vez precisamente eso:
un título, un encabezado que tranquilice,
un cartel en la ruta, una señal que DEBE estar allí,
arriba.
Yo también espero. Por ejemplo, últimamente sucede algo extraño en mi cama doble,
dormito unos minutos, he calculado quince
poco más, poco menos
entonces irrumpe
una pequeña arritmia, un sobresalto más grave que el pequeño vértigo que a todos sobreviene en el ensueño,
no, esto es una pequeña emoción, un susto,
como despertar en el momento justo de dar el paso con el que se deja de hacer pie en el mar, así me siento y abro la boca como un sapo, o un pez japonés
y quedo en ese estado unos minutos, sin forzar nada, pidiendo al cuerpo que lo haga por mí si quiere, si lo necesita;
que se detenga,
que se intensifiquen más los latidos, que no me asustaré ni intervendré,
sólo me aferraré un poco a las sábanas, como en un despegue.
Lo dejo librado al albedrío de mis vísceras,
incluso he llegado a suplicárselo en estas horas,
que lo hagas cuerpo mío, que se termine, vamos, hazlo.
POR FAVOR.
Hazlo, vámonos.
Pero no es un despegue, es un aterrizaje y termino con los ojos quietos en el techo
respirando por la boca
como un sapo o un pez japonés
ahí está, lo sé, la próxima vez que escriba esto, ese será el título

“como un sapo, o un pez japonés”.

Valores

A la señorita Juliana Palermo Valdemar
El Pedroso, Sevilla

Querida Juli mía
Tienes, amor
mío, unas manos
tan bonitas, tan
diminutas, chiquilla
que son un primor
y que me gustan con pasión.


La letra es cursiva,
el fondo sepia
y está fechada en 1911, en septiembre de 1911.
En el frente de la postal se ve una fachada
MADRID – PALACIO DE CRISTAL DEL RETIRO.
La compré en la XVI Feria del Libro Viejo y Antiguo,
pagué dos euros por ella.

Días después
cuando todo se había terminado de hundir
compré un abrigo usado en el Rastro,
un sobretodo gris a veinte euros, no lo dudé.

Hoy mismo, acodado en la barra de un bar, por siete euros bebí tres cervezas más una tostada gratinada con cuatro quesos.
Pienso que las cosas están trastocadas,
todas las cosas,
los valores digo;
también pienso que es demasiado tarde
y que será imposible encontrar un orden,
un mínimo orden que seguramente ya estaba perdido en 1911
pero
tienes, amor
mío, unas manos
tan bonitas
tan diminutas, chiquilla.